Fecha: 10/08/2011
El Instituto Gallego de Seguridad y Salud Laboral (ISSGA) contabilizó 386 casos de enfermedades profesionales en el segundo trimestre de 2011, de los que 216 fueron con baja. Por sexos, 206 de los afectados eran hombres y 180 mujeres.
Los sectores de la industria y de los servicios son los que registraron más partes de enfermedades profesionales. En la industria se produjeron 197 casos y en los servicios 147, seguidos de la construcción, que registró 35 partes, de la agricultura, con 2 partes, y de la pesca, con 5 casos.
En el caso del sector servicios las notificaciones afectaron en mayor grado al colectivo femenino, y en el caso de las registradas en el sector de industria, al masculino. En ambos casos, las patologías detectadas son provocadas principalmente por agentes físicos.
Por grupos de enfermedades, el mayor número de casos fueron provocados por agentes físicos, 312, de los que 133 fueron sin baja y de las que las provocadas por posturas forzadas y movimientos repetitivos en el trabajo suponen el mayor número de enfermedades de este grupo, afectando mayoritariamente al sexo femenino; a continuación se situaron la inhalación de substancias y agentes no incluidos en otros grupos con 31 casos, de ellos 22 sin baja.
En el grupo de enfermedades provocadas por agentes químicos hubo 17 partes, de ellos 6 sin baja; en el de enfermedades de la piel por sustancias y agentes no comprendidos en otros grupos se comunicaron 18 casos, de ellos 6 sin baja; de agentes biológicos hubo 5 partes, uno de ellos sin baja; y en el grupo de agentes carcinógenos hubo 3 partes de enfermedad, 2 de ellos sin baja.
Por provincias, el mayor número de partes procedió de Pontevedra, donde se notificaron 171, de ellos 79 cursaron sin baja. En La Coruña hubo 142 comunicaciones, de ellas 62 sin baja. En Orense se registraron 51 partes, de los que 20 fueron sin baja. Y en Lugo hubo 22 casos, 9 de ellos sin baja.
Con respeto al primer trimestre del año, las enfermedades profesionales aumentaron en un total de 38, lo que supone un avance en este campo, ya que están aflorando como profesionales enfermedades que eran diagnosticadas como comunes y, por lo tanto, sus costes estaban siendo asumidos incorrectamente por el sistema público de sanidad en lugar de por las mutuas aseguradoras de las contingencias profesionales.
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