Fecha: 23/02/2012
Los vascos están 'rodeados' de más de 260.000 toneladas de amianto repartidas por empresas, viviendas y edificios públicos, que deberán retirarse de manera controlada en los próximos años «para evitar que sigan causando enfermedades», según un informe del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales (Osalan) hecho público ayer. En España existen aún 2,6 millones de toneladas de amianto puro, de los que un 10% se encuentra en Euskadi, comunidad donde su uso se extendió de forma masiva entre 1960 y los años 80 debido, fundamentalmente, a la fuerte implantación del sector industrial, donde este material se empleó de manera generalizada como aislante.
El País Vasco contaba en esos años con algunas de las empresas más importantes de Europa en la manipulación y elaboración de amianto tejido. En 1984, sesenta firmas vascas trabajaban con este peligroso producto. Según el subdirector de Osalan, José Antonio Vázquez, «era bueno, bonito y barato», versátil por su posibilidad de hilar sus fibras y multifuncional por sus características físicas, cuyo uso quedó prohibido en los años noventa. Osalan ha concluido que «sigue muy extendido en nuestras empresas y nuestras casas», a veces «muy oculto», por lo que va a centrar su actuación en prevenir los riesgos derivados de la manipulación y retirada de esos materiales.
Vázquez defendió la necesidad de que la Administración sea la que asuma las compensaciones para evitar que muchas de esas personas que se vieron expuestas en empresas que ya han cerrado se queden sin indemnización. Y es que el reglamento que limitaba el uso del amianto llegó a España mucho más tarde que al resto de Europa y por lo tanto «no es justo», opinó, que se pidan ahora indemnizaciones a empresas que entonces cumplían la ley.
El informe establece que un total de 5.719 trabajadores vascos estuvieron expuestos de forma directa al amianto. De ellos, 4.254 ya han terminado su vida laboral. Osalan trabaja en la actualidad de manera coordinada con el Servicio Vasco de Salud, Osakidetza, para detectar posibles casos en que éste mineral cancerígeno sea el origen de una dolencia. LAB denunció que las personas ya enfermas «deben peregrinar por los juzgados para que se les reconozca el origen laboral del daño, mientras que otras siguen viendo su salud en peligro por exposiciones descontroladas a materiales con amianto no señalizados».
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